Hola a todes, hoy nuestro compañero Joel nos comparte este texto que realizó acerca de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, como continuación a un texto que nos compartió con anterioridad.
De la Declaración Universal de los derechos de los animales, una crítica.
La semana pasada utilicé este espacio para comenzar un breveanálisis sobre la Proclamación de la Declaración Universal de losDerechos de los Animales, que como expresé en la ocasión anteriorestamos como sociedad y mediante nuestros gobiernos (recordando queen lo general vivimos en democracias representativas) quedando a deber a los considerados que esta proclamación contiene.
“Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen derecho a la existencia”, así versa el primer artículo de la declaración, ahora bien, este artículo tiene dos oraciones, en las que rescatamos dos palabras clave, vida y existencia, someramente podríamos deducirque signican lo mismo, pero no es así y la verdad es que desde nuestra perspectiva occidental, no hemos logrado definir un sentido o signicado unánime para estos conceptos, pero hablemos de derecho.
Primero que nada, “nacen iguales” dice el artículo, entonces entramos en conflicto puesto que desde la costumbre -una de las fuentes clásicas del derecho- los animales no nacen iguales, si examinamos el comportamiento social, por ejemplo digamos desde los valores estéticos se resalta el hecho de que animales quea nuestros ojos y sentidos son agradables son más sujetos de protección que otros, no es solo estético, sino es además especista en denitiva, pues desde este ángulo pintamos por lo general una línea entre animales que pueden ser objeto de lo sublime del amor, citemos por ejemplo los perros o gatos animales de común compañía para los que por lo general es su aspecto el que definirá para siempre su calidad de vida, o lo aterrador del utilitarismo poniendo en la mesa ejemplos en los que los mal llamados animales de granja [funesta palabra que usualmente refiere a lugares de crianza de animales para consumo humano] tienen su suerte dependiendo del rendimiento que pueda dar el animal no-humano durante su vida y después de su muerte-.
Por lo que la primer premisa del artículo a debate desde lo social y humano, está roto y por lo tanto, con temor a caer en un argumento falaz, una mentira, que se alimenta de racismo, especismo y antropocentrismo.
Habiendo ya desechado la idea de que los animales nacen igual ante la vida, ahora volvamos la vista a la segunda premisa, que dice tienen derecho a la existencia, y esto me provoca una profunda duda en lo que refieren, pues no tienen en términos de este artículo derecho a la vida sino a la existencia, que de alguna manera se confunde o se asocia con el derecho a la vida pero que no termina de permear como derecho a la vida. El historiador francés Ernest Renan en su obra ¿Qué es una Nación? dice que es un atributo de las naciones (el derecho a la existencia), cuando sus individuos están dispuestos a sacrificar sus propios intereses por los de la comunidad que representan y es de terror pensar que arbitrariamente estamos poniendo a los animales no humanos como parte de la sociedad que sacrifica sus propios intereses por los de la comunidad y si prestamos atención a la palabra sacrificio que usa el autor advertimos a primeras que si, estamos sacrificando animales por el “bien común” por ello es que este derecho, no es realmente un derecho si no una imposición.
Este autor es el que mejor explaya la situación del derecho a la existencia en lo que la declaración refiere, puesto que para otros autores refiere a un derecho específicamente humano a no morir mediante sistematización del homicidio (genocidio), al minimo vital sustentable o a los aspectos políticos y territoriales de un estado nación como sujeto de derecho.
Concluyendo, ni se garantiza el derecho a la vida, o a una vida decorosa, ni a la igualdad de la vida animal ni a la existencia y en el peor de los casos el derecho a la existencia lo imponemos para seguir abusando de la vida animal.